Análisis de la profecía de Isaías 53


Introducción.

 

Lo más importante para Dios, de los hijos de los hombres es que le crean. Él se ocupó personalmente de plantear sus propósitos con el hombre que creo. Para eso lo probo, a ver quienes habrían de creerle.

         Probo a la primera persona que hizo, probo a sus generaciones, probo a sus descendientes, escogió quien le serviría. Escogió a la descendencia de Sem, para glorificar su nombre y permaneciera para siembre, de allí nació Abraham, David y su pueblo judío, de donde procedería el salvador de su linaje.

             El creerle a Jesús es un reto para el mundo actual. En creer en su obra de salvación. En creer esta un gran galardón, de reconocer a Jesús como el hijo de Dios. Son predestinados los que atienden ese llamado a creer. Es un reto empezar una aventura de fe. Donde no se ve, solo hay que creer en las Escrituras que relatan esa verdad y en la guía de su Espíritu.

         Porque nos invita Dios a creerle, porque hemos de serle fiel, hasta la eternidad. Si hoy creemos lo que no vemos, pero lo confirma su Espíritu, su palabra escrita, los profetas y los salmos, en nuestro corazón, en el alma. Podemos serle fieles eternamente.

         El valor de creer, es lo que nos habla de fidelidad a Dios. Creerle a Dios y a su plan de redención con los hombres a través de la obra de su Hijo, es lo que Dios Padre nos demanda. No creer a los hombres, ni creer a su adversario, que miente y tuerce la verdad de Dios por la mentira. Así el pueblo judío se sumergió hasta el momento en la mentira. Es hora de despertar y creerle a Dios antes que a los hombres.

 

Doctrina Isaías 53 del Señor Jesucristo

 

Profecías de Isaías 53

 

 

C. Profecía de Isaías 53.

 

         1. Anunció y reveló su salvación.

 

         En la profecía de Isaías capítulo 53 Dios anunció, notificó su salvación. El manifestó su salvación a Israel. El profeta se refiere que el anunció y notificó a su pueblo Israel su salvación. Ya Dios lo había anunciado, lo había revelado. 

 

         En esta razón esta profecía de Isaías 53:1 comienza haciendo una pregunta a su pueblo Israel, ¿Quién ha creído a esta noticia? La profecía no indica el anunció de la salvación, sino indica quien creyó en este anuncio de la promesa de salvación de su pueblo Israel.

 

          a. ¿Quién creyó a esta noticia?

 

         El profeta principia la profecía revelándonos la verdad con una pregunta hecha por Dios en primera persona. El énfasis dado por la profecía y el desafío de su pueblo es haberle creído a Dios, a las promesas dadas a su pueblo de su salvación. La noticia dada y su interrogante, nos lleva también a un mensaje de desprecio a los planes de Dios hecho con su pueblo Israel. Fue despreciado esos propósitos de Dios con su pueblo, nos dice la profecía de Isa 53:3

 

         Refiriéndose al desprecio de su pueblo Israel respecto a su pacto de redención, y su promesa de salvarlos de la muerte eterna. Es cierto que su pueblo también sufrió los desprecios de los otros pueblos, con respecto a su forma de ellos adorar a Dios. Pero la profecía de Isaías 53:3 se refiere específicamente al desprecio que hicieron de los planes de Dios su pueblo, al anunciarles y revelarle al Mesías, al anuncio de su salvación a través de Mesías.

 

         Desde su partida del pueblo de Israel de Egipto, antes de entrar en la tierra prometida, 4o años en el desierto. Hubo una murmuración constante del pueblo Israel. Todo este pueblo no creyó y desecho el plan de Dios con los Israelitas. Diciendo: los llevo al desierto a pasar hambre, y no tenían agua. Por otra parte, pensaban en los privilegios que tuvieron en Egipto. 

 

         Muy pronto olvidaron la esclavitud de la cual los libró Dios en Egipto, de su clamor y llanto por liberación. De las maravillas de ser guiado por un camino desconocido para ellos, pero los libraría de la persecución de Faraón. Pronto se olvidaron, empezaron a protestar y a dudar del plan de Dios con su pueblo. Según nos señala y recuerda el Salmo 106:13

 

         Así como fue olvidado este hecho prodigioso y maravilloso en toda la historia del pueblo Israel. También cuando vino el Mesías, se olvidaron de sus innumerables promesas ¿Quién creyó al anuncio? cuando dominaba el Impero Romano, y fue engrandecido Jafet. Y moraba y gobernaba en las tiendas de Sem.

 

         Esta situación de no ver el momento y entender a las señales de su venida. Sin ver al redentor, sucedió por no creer en el Señor tu Dios.

        

         En este aspecto Sem eran los habitantes de Jerusalén. Sem vino a estar gobernada por Roma. Sem habitaba en Canaán. Porque Dios le entrego a Sem a Canaán, para habitar en ella. Porque Dios lo había prometido a Abraham. Canaán era todo el territorio ocupado por las 12 tribus de Israel. Pero Sem después de haber sido poseedor de la tierra de Canaán, se mesclo con los habitantes que quedaron en ella, porque ellos los dejaron, según lo relata el libro de Josué. Y nos los recuerda el Salmo 106:35

 

         En este sentido cuando llega el cumplimiento del tiempo y nace el Mesías. El imperio romano, dominaba y gobernaba a Jerusalén. El pueblo de Dios, que era antes llamado Israel, se había dividió en dos en época de los reyes, luego volvió a unirse como pueblo, otra vez después de la época de los reyes, según la voluntad y designio del todopoderoso. 

 

         En esta época era llamado pueblo judío. Y habitaba en dominios del imperio romano.  Imperaba Roma, descendientes de Jafet. Y todo estaba siendo dominado por los romanos. Y los judíos descendientes de Sem, el pueblo de Israel ahora llamados judíos, para la época del imperio romano, habitaba en Jerusalén, tierra antes llamada Canaán de los descendientes de Cam, pero Dios cumpliendo su promesa se las había entregado a Israel.

 

         De igual forma como en el desierto el pueblo de Israel, no creyó lo que Dios iba a ser en el futuro de entregarles la tierra prometida y lo cumplió. Cuando vino el Mesías. Los judíos no creyeron la promesa cumplida de darles un salvador y Rey ¿Como hubiese sido todo si le hubiesen creído a Dios? Despreciaron el plan de Dios en el desierto cuando les mostraba el Tabernáculo figura de lo que había de venir. El Mesías Príncipe. El Tabernáculo de Dios con los hombres.

 

         Por esta razón, Dios no les dejo ver la tierra prometida a los israelitas que no creyeron. Y todos murieron en el desierto. Como testimonio a los que dudan de sus planes. De lo que Dios tiene previsto y lo que ha prometido en su palabra. Lo cumplió y cumplirá. Él lo dijo y él lo hará. Así lo advierte el apóstol, ¿quiénes fueron los que no reposaron de sus obras y gozaron de lo prometido? los que dudaron. ¡Así sucederá a todos los que dudan de la salvación de su hijo Jesucristo! Él nos invita a creer solamente. Cree solamente y serás salvo.

 

         Es cosa difícil creer, pero no les parece que, para El Señor Dios Todopoderoso, también fue difícil soportar a un pueblo en el desierto que no creyó, lo que iba hacer Dios. El Gran Yo Soy de darles una tierra que ellos no sembraron y unas casas que no construyeron. Y se las dio, poseyeron la tierra prometida.

 

         Pero al poseerlas, ¿qué paso?, tampoco hicieron como les dijo, dejaron pueblos, y fue su hayo, porque ellos mismos fueron su perdición y corrupción. Porque su pecado aumento más que el de Sodoma, como menciona el profeta en el libro de lamentaciones. Lam 4:6

        

         Luego como iban a creer, si se iban tras los ídolos obra de sus manos, tras lo que veían sus ojos. Porque les dio jueces, y siempre se desviaban de su camino, nunca escucharon a sus profetas, ni mucho menos a sus jueces, condenaban las generaciones de sus profetas y de sus jueces, los criticaban y los mataban. Se enojó otra vez con ellos, hasta que desecharon su gobierno a través de jueces.

        

         Y pidieron Reyes. Les dio reyes. Reyes que también desecharon y mataron, se mesclaron con pueblos y nos les mandó Dios a mezclarse, y entre ellos mismos también se mesclaron, y todos pueden criticar al linaje puro del pueblo de Israel, el pueblo de Dios, ¡que no ha sido puro!, porque no obedecieron a los propósitos de Dios.

 

         b. La revelación de su salvación a través de su brazo.

 

         Continúa diciéndonos este primer verso de Isaías capítulo 53, haciendo una pregunta muy personal al pueblo de Israel ¿Y sobre quien se ha revelado el brazo de Jehová?

 

         Puesto que una de las manifestaciones dadas a su pueblo Israel, era su brazo poderoso, potente, quien los libros de muchas batallas. Les hace esta pregunta ¿y sobre quien se ha manifestado su brazo? ¿A quién se ha manifestado? sino fue a su pueblo Israel. Es su brazo quien revela a su pueblo, el Mesías, el Salvador prometido. Existen innumerables pronunciaciones hechas de la revelación de su brazo en todos la Escritura, Y ellos, el pueblo judío había manejado muy bien este término de su brazo.

 

         Desde la bendición de Jacob dada a sus hijos, está presente esta revelación de su brazo. Luego cuando saca al pueblo del desierto, es su brazo poderoso quien lo saca. En la conquista que hizo con su siervo Josué, fue manifestado su brazo extendido. Y su brazo es quien lo logra. De igual forma las innumerables batallas logradas en la época de los jueces, fue su brazo quien lo hizo y luego en época de reyes, fue su brazo librando muchas batallas. Luego estas maravillas ejecutadas fueron motivo de canticos de las poderosas virtudes con su fuerte brazo. Como nos los recuerda el salmo 77:15

        

         En este sentido Dios primero les revelo su brazo a los patriarcas, luego a los jueces, reyes y profetas. En fin, a su pueblo. Como lo reveló en la profecía de Isaías haciéndales está pregunta que su pueblo Israel, los judíos no pueden negar ¿a quién se le ha manifestado su brazo? Su brazo fue revelado a su pueblo Israel, a los judíos, de muchas formas y de muchas maneras.

 

         2. Anunció sería el renuevo.

 

         Nos dice la profecía de Isa 53:2: Creció como un retoño delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay apariencia en él, ni hermosura como para que le miremos, ni atractivo como para deleitarnos en él.

 

         El pueblo de Israel desecho el plan de Dios y mesclaron su raza. Y de esa raza o linaje de su simiente, Dios le había prometido traería el Mesías. Pero por los innumerables desaciertos sostenido por el pueblo Israel, no conservaron puro su linaje. No conservaron puro su descendencia desde un principio, en la posesión de la tierra de Canaán, cuando estuvieron en cautiverios y también donde fueron deportados hacia otras naciones.

        

         Por esta razón la profecía indica: creció como un retoño de una tierra seca, que no tenía la apariencia hermosa de un retoño en arroyos de agua. Mesclaron su linaje aún con gente extranjera, no se podría reconocer al cabo del tiempo en sus descendencias, los rasgos característicos que poseían al principio de su salida de Egipto, el linaje de Israel y en consecuencia la tribu de Judá. 

 

         Ciertamente continúo Dios con su plan, y de su linaje todo mesclado, con sangre extranjera. Así mesclaron el linaje real desde David hasta Jesús. Por eso también Isaías nos dice: que El seria llamado el renuevo, el vástago, la raíz, el nazareno. Porque su descendencia fue casi desaparecida, pero por la misericordia de Dios permaneció, hasta el nacimiento del Mesías. Y el Mesías fue la raíz de Isaí como dice el mismo profeta Isaías y luego lo menciona la carta a los de romanos. Isa 11:10, Rom 1:12,

 

         Ahora pretender, como todos también pueden criticar, sacar una descendencia actual del salvador de Israel, ¿de qué descendencia? de las que organizan el estado sionista y todos las fundadas en la actualidad. De estas solo podrá salir el anticristo, de un linaje de muertos y de mesclado con todos los pueblos. Y dirán que es puro del linaje de David. Y se lo creerán. Y no creyeron en Jesús cuando él vino. Cuando estuvo con ellos.

 

         Ahora bien, ¿cumplió Dios su promesa? ¡La cumplió y le envió al salvador! El salvador prometido a su pueblo, ¡no lo hizo el pueblo de Israel! Dios fue quien estableció el plan, no ellos, es decir: el pueblo judío. Ellos no establecieron un plan con David, ni su descendencia, fue El Gran Yo Soy, que lo estableció. Dios estableció su Pacto con su Hijo.

 

         Por lo tanto, Ellos no tienen derecho de presentar ninguna genealogía del Estado Sionista. La Genealogía verdadera es la revelada en los Evangelios. Y esa es la que se tienen que respetar. La que está en el Evangelio de Mateo y la de Lucas. Estas dos unidas fueron las reveladas en las Escrituras y estas conforman el linaje del Mesías Príncipe. 

 

         3. Anuncio Él fue despreciado.  

Como profetizo Isa 53:3, indicando el desprecio de la simiente santa. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.

 

         En este aspecto claramente nos indica el profeta el despreció al plan de Dios con su Ungido. Desde el principio su pueblo Israel desprecia al Mesías. No estimaron todo lo que él estaba haciendo. Su tabernáculo fue hecho y fue visto por todos los israelitas, todos lo miraron, fue el modelo entregado cómo funciona en el cielo y como es el gobierno de Dios en la tierra y de su reino. Es un modelo que ellos tuvieron, le fue mostrado por Dios, en el desierto, en el Tabernáculo.

 

         Despreciaron el modelo del Tabernáculo de Dios con los hombres y la forma como juzgaba a su pueblo a través de jueces. Les dio reyes, y también despreciaron su linaje, mataron a todos sus reyes, así como mataron a los jueces. Les envió profetas y también los mataron.

 

         No estimaron en nada todo lo que hizo Dios. Escondieron el rosto de su presencia. Para vergüenza de los hombres escogidos, de su simiente nació su Mesías y para gloria de Dios, cumplió su promesa. ¡Quién iba a imaginarse que nacería el Mesías! Y Dios cumpliera su promesa dando nacimiento al Mesías. Nació, vino estuvo entre ellos. De este linaje destruido. Para que en la actualidad pretendan establecer una descendencia mesiánica.

        

         El sufrimiento que experimentó el Mesías desde los comienzos de su manifestación a Israel, todo fue un experimento de quebranto por la humanidad, comparando al quebranto de un Dios por su pueblo. El azote por los pecados comparado a todo lo que sufrió mi brazo poderoso por venir. Su copa de su sufrimiento en el Getsemaní. Fue la copa que venía cumpliéndose, vería a su pueblo negarlo una vez más. Despreciarle una vez más. Menospreciarle una vez más.

 

         Humanamente es imposible explicar todo esto, solo Dios pudría explicarlo. Pero porque se han negado y han sumergido a una humanidad en ignorancia. Es el mismo motivo de siempre de menospreciar el plan de Dios y establecer humanamente sus propios planes. La descendencia de su propio Mesías.

 

         Esta descendencia fue frustrada desde el comienzo cuando los hijos de Judá la menospreciaron y muchas veces en época de los Jueces, y matando a todos los descendientes de Gedeón. Igual en los Reyes. Primero matando a Abías. Luego a los descendientes de Josafat, luego a Ocozías, luego a Josías, finalmente Sedequías y Gedalías.

 

         Luego por causa del desprecio del gobierno de los reyes y su linaje, desobedeciendo todo el pacto y las leyes de Dios. Llevaron a sus príncipes en cautiverio y fueron deportados, y lo hicieron eunucos, servidores de los reyes de otras Naciones.

 

         Por su parte Dios inviste a otros reyes que gobernaran a su pueblo Israel. Siendo llamado judíos por el pueblo, en la época de la deportación. Dios le dice a su pueblo Israel para esa época, que el Rey de Babilonia es su siervo y hará todo lo que él le pida. Y el cumplirá sus propósitos, los que no cumplieron sus reyes en Israel. Dice que el Rey Ciro es su ungido y su pastor y cumplirá todo lo que yo quiero, es decir la voluntad de Dios. Isa 44:28; 45:1

        

         De igual forma para este mismo tiempo vemos al Rey de Persia dominando a Babilonia; porque tampoco Babilonia se alineo al plan y voluntad de Dios. Babilonia fue donde sus siervos fueron eunucos. Triste mente una vez más la genealogía destruida, frustrada y fue esterilizado su linaje real, porque hicieron a sus príncipes eunucos.

 

         Luego Dios levanta al Rey de Persia y domina el mundo entero conocido. Y se estima una nueva esperanza con la tribu de Benjamín, a través de Mardoqueo y Ester. Ya que Ester contrae matrimonio con el rey Asuero.

 

         En este sentido Dios construye imperios más poderosos, subyugando nuevamente a Egipto, a quienes el pueblo de Dios Israel y Judá quería servir. Levanta a Babilonia, luego los persas y los medos y por último el Imperio Romano antes de la venida del Ungido de Dios.

 

         En este sentido durante cuatrocientos años Dios actúa secretamente, no le envió más profetas a su pueblo. Profetas que les hablasen, hasta que vino el Mesías príncipe. Por eso se observa este periodo de silencio, culminando ese período de tiempo con el profeta Malaquías, el último conocido para la revelación especial que menciona las Escrituras.

 

         4. Anunció El llevó nuestras enfermedades.

 

El lleva nuestras enfermedades. En el versículo 4, de Isa 53, nos dice: Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

        

         El pueblo estaba acostumbrado a librar sus batallas a través de héroes poderosos utilizados por Dios, para que el pueblo de Israel estuviera en paz con las otras naciones. Pero nunca observaron y conocieron al que verdaderamente los libraba, su brazo poderoso. Al salvador.

        

         Por esta razón creían que vendría un Mesías poderoso. Que los libertara de los imperios. En esta época de su venida, dominaba el Imperio Romano. El pueblo había gozado de grandeza, Dios engrandeció a Salomón, con respecto a todos los pueblos. Dándole no solo sabiduría e inteligencia para gobernar a su pueblo, sino riquezas y glorias.

 

         Pero ellos ¿Qué hicieron con la gloria del reino de David? y de su sucesor Salomón. ¿Qué hicieron ellos con toda esta gloria? En el reinado de Salomón y posterior a este. Destruyeron al reino, a sus príncipes. Destruyeron los altares de adoración a Dios y el templo que hizo el Rey Salomón para la adoración y se lo entregaron a los dioses paganos.

 

         Por su parte Dios los entrego al lloro y lamento, como estierco era su estado, desprovisto de alimentos. Enfermo y desprovisto de alimento encontró su Hijo en su venida a su pueblo. A un pueblo que le había dado Dios toda abundancia y gloria.

 

         Por esta importante razón, esta profecía de Isaías 53, le indica a este pueblo de Dios, que El llevo sus enfermedades. Situación producida por su desobediencia y su pecado, por el abandono de las leyes, de los mandamientos y de los preceptos de la ley de Dios. Como consecuencia de sus actos, y del abandono del pacto que había hecho con sus padres. Como está escrito en la ley y en el libro de Deuteronomio. Dt 29:22-25

 

         En muchas oportunidades Dios le envió profetas para exhortarlos y traerlos a reflexión. Más ellos replicaron y se negaron a escucharlos, prefirieron adorar a dioses paganos y brindarles a estos la gratitud que no le otorgaron a Dios Eterno.

 

         Antes bien se rebelaron contra Dios y siguieron sirviendo a sus ídolos, despreciando su pacto y las bendiciones que traería Dios con su cumplimiento. Según nos indica el profeta Jeremías. Jer 44:15-23

 

         ¿Y qué le dieron sus dioses? menospreciaron al pacto de Dios, por esta causa ellos sometieron a sus descendientes al más terrible lamento. E hicieron contra ellos todo este mal y daño. Sus dioses paganos que ellos decían que les daba todo y estaban contentos ¿Que le dieron? Heridas, enfermedades, muerte, apartarlos del plan de Dios, oscuridad, y miedo a ellos, antes que temer a Dios.

 

         En este estado, encontró el Hijo de Dios a un pueblo enfermo, y él siguió sufriendo sus dolores. Luego con todo esto lo azotaron, lo hirieron y lo abatieron. Despreciando y calumniado. De la misma manera sintieron ustedes como pueblo de Dios y pensaban ustedes que Dios le daba ese padecimiento. Cuando fueron traídos en cautiverio a Babilonia. Luego pasaron cautivos al gobierno del Imperial Persa, porque no entendían, no comprendían el plan de salvación. Así mismo Jesús sufrió todos estos padecimientos, sufrimientos y penalidades.

 

         5. Anunció Él fue herido por las rebeliones de su pueblo.

 

Nos vuelve a explicar la profecía de Isaías diciendo cual es la causa de la herida. Isa 53:5. Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

 

         Este mismo sufrimiento tuvo que padecer Jesucristo por todo su pueblo, el mismo dolor que paso el pueblo de Israel y Judá por no entender a su Dios que lo saco con su brazo poderoso de Egipto.  Herido fue por las rebeliones de Israel.

        

         Por los pecados de su pueblo fue destruida la carne del Mesías con azotes. Y El llevo todo el castigo de la paz que no tenía su pueblo con Dios. Porque Dios se había airado contra su pueblo. Y toda esta ira fue sobre Jesucristo. Y todo lo que no sanaba la llaga enferma de su pueblo por no obedecerle, lo sana Jesús en su cuerpo. Todo el dolor sufrido por su pueblo en todos estos años lo llevo Jesucristo. Y él nos curó el cuerpo, el alma y el corazón. Jesús curo el cuerpo enfermo por causa de la desobediencia. Al librarnos de la muerte eterna.

 

         Ahora podemos entender todo el sufrimiento del Mesías. No era un Mesías sufrido el que esperaba su pueblo, sino el Mesías glorioso. El que trajera paz y felicidad. ¡Qué paz y felicidad! si el pecado del pueblo era una llaga podrida. ¡Oh Pueblo de Israel! ¡Si hubieses querido que la gloria de Dios se manifieste en ustedes! en ningún momento hubieses desechado su pacto, pero lo hicieron ¡Y fuiste un desecho de la gloria del Dios Altísimo! Donde la humanidad de esa época meneo su cabeza. ¡Era ese el propósito de Dios que sufrieran!, ¡o que sufriera El Hijo eterno de Dios!, ¡eso fue lo que tu excogites pueblo de Israel!

 

         El propósito de Dios no era el sufrimiento, fue el que escogió el pueblo por desechar su pacto. Por esa razón desecharon a Dios. Por eso Dios Padre los desecho a todos ellos. ¡Solo es su pueblo todo aquel que cree en su Hijo! De igual manera con su publicidad ¡del pueblo escogido! han menospreciado al pueblo que realmente cree en Jesucristo ¡que si creen en su pacto! ¡Creen en Dios y también en El Hijo! Mas todos los que no creen tienen como indigno a los que creen y los aborrecen y los matan por creer en Jesucristo.

 

         6. Reveló El cargó con el pecado de todos nosotros.

 

Isaías sigue diciendo en su profecía Isa 53:6. Qué El cargó con el pecado, explicando la causa de esta manera: Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él, el pecado de todos nosotros.

 

         Nosotros se refiere al pueblo de Israel, ellos se apartaron del camino antes y después del Mesías. Tomaron otros caminos, más no el camino a la vida eterna, no el camino del Hijo. Pues lo despreciaron. Y Jehová cargo en Jesús el pecado de todos ellos y el de nosotros, pues cumplió con sus planes, aunque lo desecharon, desviaron y lo atropellaron. Fue fiel a sus planes y propósitos.

 

         7. Reveló Él es humilde.

 

La profecía de Isa 53:7, nos revela lo que ya se venía diciendo en Isa 52:6. Él fue humilde a pesar de ser Dios, no se aferró a eso.

 

         El mismo profeta Isaías en Isa 53:7 nos dice: Angustiado él, y afligido, no abrió su boca. Como cordero fue llevado al matadero. Y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

 

         En esta razón ¿Qué hablar? ante un pueblo totalmente de espalda a él, sin entendimiento. Y manejados por ciegos, y guías de ciegos. Como oveja que va mansa cuando la van a tranquilar o a cortar su pelaje, para ser degollada en el matadero, para ser entregada por el pecado y ser sacrificada. A igual forma que iba el corderito, así fue El Hijo de Dios al sacrificio.

 

         Las ovejas se habían utilizado para el sacrificio por el pecado, era sombra del Mesías, del cordero pascual, del cumplimiento de la ley de expiación por el pecado. Así resulto ser Jesucristo. La oveja que los trasquiladores llevaban, no decía nada, ni abrió su boca, cual oveja al matadero. La posición de Jesucristo frente a sus adversarios, frente al pecado, fue sumisión total. Indefenso totalmente.

 

         8. Reveló El paso por juicio.

 

Fue a la cárcel como lo dice la profecía de Isaías 53. Sigue diciendo nuevamente proféticamente que por causa de la rebelión de su pueblo fue herido, como lo menciona Isa 53:8. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.

 

         Así como fueron puestos sus príncipes, nadie conto la generación de Daniel y sus compañeros príncipes. Así mismo fue la historia de Jesucristo. Fue por juicio y por cálceles como sus príncipes en Babilonia. Y en Persia, con el rey Ciro, y en la historia de Mardoqueo y Ester que se casó con el rey Asuero.

 

         9. Anunció Él fue inocente de lo que le acusaban.

 

Isaías nos continúa diciendo que fue inocente de todo lo que le acusaban, porque no hubo engaño ni maldad en El, cómo nos lo indica Isa 53:9: Y se dispuso con los impíos su sepultura, más con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.

 

         Tal como se ha venido mencionado sobre la profecía de Isaías 53 el pueblo de Israel desechó el plan de Dios de salvación. Desecho su Diestra, su Hijo. El Hijo de Dios, ocupo el lugar de malhechores y de impíos, por la rebelión de su pueblo. Igual lo hubiesen matado con honores de rico, si el poderío del Rey David hubiese llegado hasta sus tiempos, porque igual mataron a sus príncipes y reyes en la ciudad gloriosa de Jerusalén.

 

         De Igual manera hubiesen hecho Juicio contra Jesús y le hubiesen tratado como un malhechor, pues desecharon sus palabras. ¡Todo hubiese sido igual con el poderío de su Reino de Israel, que sin él! Jesús era inocente de los juicios, igual que mucho pueblo que fueron al exilio, por la culpabilidad de todos, y el remanente será salvo fue la promesa.

 

         Por otra parte, se dispuso con los ricos su sepultura. Ya que así había sido sepultado todos los príncipes en Israel. Patriarcas, Jueces y Reyes fueron sepultados con honores. Cuanto más el Rey de reyes y Señor de señores, que vino a dar su vida en rescate por todos. Era el fin de la venida del príncipe de Israel a este mundo como siervo. El glorioso Rey de los Judíos. De su pueblo Israel murió como rey. Y resucito gloriosamente de los muertos, y se sentó a la diestra del Padre.

 

         10. Reveló El Mesías padeció y lo condenaron a muerte.

 

Así como continúa diciendo Isa 53: 10. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

        

         Con todo que era inocente. Dios lo sometió a padecimiento. Se cumple el plan de Dios con su Hijo Jesucristo. Con todo esto, se refiere que a pesar de Jesucristo ser inocente, el plan de Dios tenía que cumplirse en él. Dios lo había trazado y lo cumplió. Y su Hijo Jesucristo ejecuto su voluntad. 

 

         Este plan ya lo había Dios anunciado al primer hombre creado a Adán.  A través de la simiente de la mujer habría enemistad entre su simiente y tu simiente. Refiriéndose a la enemistad de todo aquel que creyera en Jesucristo y los que rehusarían creer en El. Saldría herido en el calcañal y el otro en la cabeza. Tal como paso a Jesucristo, que su descendencia en la simiente, es decir: los judíos, alzo contra su Hijo la simiente Santa, el calcañal, entregándolo a muerte, siendo inocente. El los hirió en la cabeza.

 

         En este sentido un pueblo salió y se dividió en dos, luego se volvieron enemigos. Enemigos de la Cruz y el sufrimiento del Ungido. La cabeza pensante y sabia de un pueblo instruido en la ley y otro pueblo que instruía la ley.

 

         Por consiguiente, la ley se le volvió contraria y tropezaron en la piedra que rechazaron los edificadores. Tropezaron en Jesucristo. ¿Quiénes edificaban? los que construían un plan diferente al de Dios creador. ¿Quiénes? los adversarios de Dios, que hacían planes sin Dios. Que construían y construyen una salvación para el hombre, sin Dios. ¿A Quiénes hirió Dios en la cabeza? a ellos, y todavía siguen buscado al Mesías, al salvador del mundo.

 

         En este orden de ideas los que son hijos de vuestro Padre el Diablo, como dijo Jesús. Terminaron hiriendo al Mesías en el calcañal y él les hirió en la cabeza, porque triunfo sobre ellos y sus planes fracasaron. Un pueblo que escogió Dios para que fuese su pueblo, obedeció más al diablo que a él, pues Dios se le volvió también contrario. Y Jesús la piedra que ellos desecharon, vino a ser y es la cabeza del Angulo, de todo el edificio de Dios.

 

         Jesús vino a ser el cordero, la oveja, trasquilada, la ofrenda para la expiación por el pecado. Cuando lo sometieron a cancel, lo juzgaron y condenaron a muerte, porque creían Jesús se hacía pasar como Hijo de Dios. Con este hecho estaban también sentenciado su condenación, igual estaban preparando la ofrenda única por el pecado de ellos y del mundo. Ellos estaban preparando la expiación por el pecado. Un sacrificio humano.

 

         Jesús es el Ungido de Dios. Su Hijo amado en quien tiene complacencia ¡vio linaje! como fue anunciado por el profeta Isaías. ¡Porque muchos creyeron y siguen creyendo en él! La Simiente Santa vio el linaje prometido a todas las descendencias elegidas por Dios, para su Hijo. Porque de su simiente serian y son benditos todas las familias, y naciones de la tierra.

 

         Cuando Jesús cumplió la voluntad de Dios, cuando Dios reposo de toda su obra en Cristo, fue prosperado todo lo que él hizo. Los apóstoles comenzaron anunciar el evangelio. Su nombre comenzó a ser conocido por el mundo entero. Y su fama es conocida en el mundo. El nombre del glorioso Hijo de Dios debe recibir su gloria y su fama que merece. No su pueblo, ni las religiones. Es Jesús el glorioso salvador que debe ser glorificado y enaltecido delante de su pueblo y de las religiones que existen.

 

         11. Reveló, el Ungido de Dios, realizó la expiación.

 

         La redención implica justificar, santificar, el nombre de Dios profanado entre su pueblo y redimir a Israel y al mundo que en Él cree. De esta forma explica la profecía Isa 53:11. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

 

         El fruto de la aflicción de su alma es su expiación por el pecado. Salvó a la humanidad que cree en El y atrae a Él, de la condenación eterna. Liberto al hombre de la esclavitud del pecado. Y nos dio una nueva naturaleza. La Divina. Esto no lo podría hacer ningún hombre, solo el Hijo de Dios Eterno.

 

         El conocimiento de su palabra, que desconocía su pueblo, y se negó a conocerla. Por un lado, los levitas encargados de enseñar a su pueblo, no instruyeron a los hombres. Y por otro parte los maestros al instruir torcían el derecho de la palabra y exponían otras ordenanzas que Dios no envió a decir, tal es el caso de las tradiciones de los ancianos y talmud.

 

         Y sumergieron al pueblo en completa ignorancia. Jesús por su conocimiento Justifico al que no conocía nada de él. A todo un pueblo que creyó. Y a todo el que quiera creer en Él. ¿Quién tenía conocimiento de él, del pueblo gentil? nadie. Pero él justifico por su conocimiento a todos.

 

         El conocimiento que tenía Jesús del plan de Dios Eterno. No lo tenía su pueblo, porque se negaron a conocerlo, lo desecharon. Pero Jesús su siervo, si tenía el conocimiento de la justificación a través del único camino, la verdad y la vida, siendo él. El los justifico, llevo sus iniquidades. Él nos justificó. Su conocimiento nos Justificó. No el plan de los hombres. La instrucción de ley no justifica. Solo la obra de Jesús nos Justificó.

 

         12. Reveló El resucito al tercer día.

 

         Así culmina Isaías esta profecía, dando un alentador resultado de todo lo que antes venia mencionando. Ahora nos dice Isa 53:12: Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

 

         Jesús cuando estaba a punto de morir le dice al Padre: Señor no le tomes en cuenta sus pecados, porque no saben lo que hacen. No sabían lo que hacían cuando mataron al Hijo de Dios. No sabían que mataban al autor de la vida, y que su muerte traería vida ¿Por qué? como también había dicho a sus profetas, en tres días le daría vida, Él tiene el poder para quitar y poner su vida en rescate por todos.

 

         Dios le dio parte con los grandes. Fue glorificado con su misma gloria en el cielo, sentado a la diestra del Padre. Y en la tierra ¿Quién es más grande que Jesús? Esta igualado en la historia con los grandes. Él es el más grande de todos. Y en todas las generaciones ha sido comparado y puesto con los grandes. Con los fuertes repartirá despojos. Ningún Israelita, judío o cualquier persona puede dudar nunca que Jesús es el mejor y único de los hombres, que ha vivido sobre esta tierra, porque nadie es como Él, en la historia de la humanidad.

 

         El Reino de Dios, llamado día de Señor será cuando el repartirá su reino como él quiere. Con él se sentarán a reinar patriarcas, reyes, los apóstoles y todo a cuanto el escoja.  ¡Quien ha hecho una obra más grande que la que hizo Jesús de dar su vida por la humanidad! de entregar su vida hasta su muerte, siendo contado como un pecador. Y luego resucitar de los muertos, levantarse de los muertos, como nunca jamás había hecho nadie. El plan excelso de Dios cumplido en Jesucristo.

 

Conclusión.

         El valor de creer, es lo que nos habla de fidelidad a Dios. Creerle a Dios y a su plan de redención con los hombres a través de la obra de su Hijo, es lo que Dios Padre nos demanda. No creer a los hombres, ni creer a su adversario, que miente y tuerce la verdad de Dios por la mentira. Así el pueblo judío se sumergió hasta el momento en la mentira. Es hora de despertar y creerle a Dios antes que a los hombres.

 Autor: Maritza Moya de Medina.

 

 

 


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